¿Necesitas energía? La meditación puede ser la respuesta

¿Has notado que tu hijo no tiene prisa por vestirse o terminar de comer? Esto es porque a diferencia de los adultos, los niños no se sienten presionados por hacer muchas cosas en poco tiempo. 

Cuando nos convertimos en madres es inevitable no sentir esa presión e incluso llegar a desear que el día tuviera más horas. Pero lo malo de ir a prisa, es que a veces descuidamos algunas cosas importantes, por ejemplo, nuestra paz interior. Y vaya que es fácil perder esa paz en medio de una casa desordenada, tareas pendientes y un bebé que requiere cuidados y atenciones. Pero bien dicen que solo podemos cuidar a los demás, si primero cuidamos de nosotros.

Se ha demostrado que meditar baja la presión arterial y el ritmo cardiaco, además contrarresta la secreción de cortisol, también conocida como “hormona del estrés”. Si quieres sentirte con más energía y mejorar tu concentración, intenta este ejercicio básico de meditación:

1. Siéntate en un lugar cómodo y mantén tu espalda erguida. Cierra los ojos y, con la boca cerrada y una ligera sonrisa, inhala y exhala por la nariz.
2. Concéntrate en identificar en qué punto termina cada inhalación y dónde empieza cada exhalación.
3. Ahora, enfócate en la pausa entre una respiración y otra. Verás que la pausa se alarga, al igual que las respiraciones. Siente cómo tu cuerpo y mente se relajan, siente la paz que llega a ti.
4. Hazlo entre 5 y 10 minutos. Si algún pensamiento entra a tu mente durante este ejercicio, imagina que lo guardas en un cajón y después lo cierras.
5. Termina con un pensamiento positivo: agradece las bendiciones que tienes en tu vida o pide al universo más bendiciones para ti y para quienes te rodean.

Como todo en la vida, la meditación requiere práctica así que no te frustres si las primeras veces no te concentras mucho. Si quieres seguir practicando, puedes encontrar más ejercicios básicos en internet o en tu librería más cercana. Te aseguramos que te ayudará a sentirte mucho mejor.